Neurociencia y confianza: ocho conclusiones (Harvard B.Review)

Las fórmulas no funcionan como ciencias exactas cuando hablamos de liderar personas. Las conclusiones que voy a compartir nos guían en la apasionante función de dirigir personas. Se trata de diferentes experimentos que demuestran la relación entre la oxitocina y la confianza.

Todos quisiéramos para nuestra Organización, nuestro Departamento, nuestro Equipo, una cultura donde se respire una mayor confianza y por tanto más posibilidades para innovar, crear sentido de pertenencia, eficiencia, bienestar psicológico, motivación….

Existen otros muchos factores, sin embargo, me ceñiré a los citados en el artículo original para honrar al autor del estudio.

En cada conclusión incorporo una pregunta a modo de “reto”.

1 Reconocimiento

El reconocimiento tiene mayor efecto sobre la confianza cuando ocurre inmediatamente después de que se ha cumplido un objetivo, cuando proviene de los compañeros y cuando es tangible, inesperado, personal y público.

¿Con qué frecuencia reconoces o fomentas el reconocimiento? 

2. Estrés moderado

El estrés moderado de la tarea libera neuroquímicos, incluidas la oxitocina, que intensifica el enfoque de las personas y fortalecen las conexiones sociales. Cuando los miembros del equipo necesitan trabajar juntos para alcanzar una meta ALCANZABLE, la actividad cerebral coordina sus comportamientos de manera eficiente. Esto solo funciona si los desafíos son alcanzables y tienen un punto final concreto.

¿En qué medida fomento un estrés “sano” en mi equipo? ¿Si tengo presión de “arriba”, la traslado tal cual o la filtro con inteligencia?    

3. Autonomía

Una vez que los empleados hayan sido capacitados, permítales, siempre que sea posible, administrar personas y ejecutar proyectos a su manera. 

Cuando alguien lleva a cabo de una manera diferente a como “yo” lo haría, ¿qué es lo que pienso, siento y promuevo?

4. Auto asignación de proyectos

Cuando las empresas confían en los empleados para elegir en qué proyectos trabajarán, las personas centran sus energías en lo que más les importa.

En una evaluación de desempeño, ¿doy espacio para que las personas me digan en qué tipo de actividad le gustaría involucrarse?

(aunque sea de otro departamento, por ej. un proyecto transversal que no impacta en los objetivos de negocio de “mi área”).

5. Compartir información

Esta incertidumbre sobre la dirección de la empresa conduce a un estrés crónico, que inhibe la liberación de oxitocina y socava el trabajo en equipo. La franqueza es el antídoto. Las organizaciones que comparten sus «planes de vuelo» con los empleados reducen la incertidumbre sobre hacia dónde se dirigen y por qué. 

¿Transmites la visión y la razón de los cambios y movimientos de tu Organización? No hace falta que estés de acuerdo en todo lo que se hace, como líder debes de apoyar las decisiones empresariales, ¿no crees? 

6. Construye relaciones intencionalmente

En el trabajo a menudo se recibe el mensaje de que debemos concentrarnos en completar las tareas, no en hacer amigos. Los experimentos realizados muestran que cuando las personas construyen intencionalmente lazos sociales en el trabajo, su desempeño mejora. La confianza y la sociabilidad que permite la oxitocina están profundamente arraigadas en nuestra naturaleza.

¿Fomentas las relaciones no formales? ¿Creas espacios específicos para ello?

Me refiero a tus espacios con tu gente, personalmente o en grupo, como espacios para tu gente (sin ti 😊)   

7. Crecimiento integral de la persona

Adquirir nuevas habilidades laborales no es suficiente; si no está creciendo como ser humano, su desempeño se verá afectado.

Cuando una persona de tu equipo solicita hacer una formación que no está directamente vinculada con su trabajo, ¿lo permites o sugieres que se forme en algo que técnicamente está en su paraguas de actividad?

8. Muestra vulnerabilidad

Los líderes en lugares de trabajo de alta confianza piden ayuda a sus colegas en lugar de simplemente decirles que hagan cosas.

La famosa frase de “soy tu jefe, no lo sé todo, y no pasa nada:

¿es parte de tu forma de ser con tu equipo? ; ¿Reconoces abiertamente que las personas de tu equipo son mejores que tú en ciertos aspectos , como por ejemplo en temas técnicos?

Por último, tres preguntas añadidas para tu diagnóstico y crecimiento, basadas en los estudios de Frances Frei, profesora de negocio de Harvard,   

  1. ¿Eres auténtico?
  2. ¿Eres rigurosos en tus razonamientos?
  3. ¿Eres empático?

“La confianza es una vía de doble entrada, si no das, no recibes”

Marcos Abollado

Fuente y artículo completo de la fuente: The Neuroscience of Trust. Management behaviors that foster employee engagement by Paul J. Zak

El poder de la conversación para construir cultura

¿Qué tienen en común el Chatbot Watson de IBM, Platón y William Isaacs (Director proyecto MIT “Dialogue”)? La importancia que le dan a la conversación, cada uno en su estilo.

¿Cuántas veces al día sustituyes una conversación por un email? Especialmente en esta época de trabajo híbrido es aún más habitual sustituir una conversación necesaria por un simple correo electrónico o mensaje de whatsapp.

Cada día se envían 320.000 millones de emails en el mundo, una cantidad creciente frente a la decreciente cantidad y calidad de las conversaciones, tanto en la empresa como en el ámbito personal.

Con los mensajes ganamos tiempo en el cortísimo plazo y, en muchas ocasiones según he observado, buscamos evitar confrontaciones. Con el email damos por buena la tarea de informar y hacemos un “check” mental.

La eficiencia de la gestión con los emails es indudable y muchas veces necesaria; sin embargo es tentador utilizar masivamente este medio evitando una conversación, aunque sea telefónica.    

Cuando surge un problema en la empresa, hay una conversación que no ha tenido lugar.

La calidad de la red de conversaciones de una organización dice mucho de la cultura de la misma (P.Drucker). Todos somos creadores de la cultura empresarial. Los directivos tienen más posibilidades de potenciar esa cultura, sin embargo cada empleado es 100% responsable de la calidad de las conversaciones y las temáticas que fomentamos (rumores, reclamos, construcción, destrucción…). 

Las conversaciones son la base de la cultura empresarial y la clave para la confianza en los equipos.

Cada conversación es una oportunidad para construir, crecer y aprender. 

Relato personal: en mi primera época en Adecco, tuve el hábito de mantener conversaciones fuera de la oficina, dando un paseo. Me funcionó muy bien, el contexto del paseo favorece la apertura de la conversación, es saludable y nos obligábamos a no tener que sacar el ppt o el Excel. Recomiendo esta práctica , incluso en reuniones grupales (famosas “Walking meetings”) aunque cierto es que “no llueve a gusto de todos” (algunos me dijeron que al principio les pareció un poco friki, pero después les gustó esa costumbre) . Fue un hábito de encuentros interesantes, coincidiendo con el buen clima de Madrid. Fui teniendo conversaciones necesarias con mi equipo, comprendiendo los contextos, el negocio, las personas…

En los talleres de Liderazgo creativo que yo mismo implanto, observo la necesidad que existe de utilizar la conversación , no para ganar, sino para construir, donde:

En una conversación es más importante la confianza que el ingenio

F. Rochefoucauld

Sin el ánimo de ser exhaustivo, he diseñado un esquema con las principales conversaciones de un mando y alguna de las claves, las cuales coinciden casi plenamente con las conversaciones de cualquier profesional.

Reconectar y la cultura del encuentro

«El hombre es un ser social por naturaleza» Aristóteles (384-322, a. de C.). Nacemos con esa característica y esa necesidad social, no solo para desarrollarnos, sino también para “sobrevivir”.

En tiempos de pandemia algunos hemos tenido la suerte de mantener vivo nuestro ecosistema familiar. Como para muchos, para mí, con cuatro hijos adolescentes, ha sido un reto maravilloso y estimulante.

A nivel profesional, hemos aprendido a estar todo el día “conectados virtualmente”, apenas sin descanso…; y sin embargo no sólo nos ha fatigado, sino que no hemos logrado “encontrarnos”. Por ejemplo, si teletrabajamos, es habitual que si un responsable de equipo llama a un colaborador, sea para “pedir algo” en concreto y no con un objetivo de “conectar”, algo que en presencial es más fácil y natural que ocurra, algo que es más importante de lo que parece.

“La cultura se come a la estrategia para desayunar” .

Peter Drucker

Es complicado movilizar el negocio o establecer cambios en la organización sin dedicar tiempo y recursos a la transformación de la cultura.

¿Cuánto tiempo inviertes en buscar resultados y cuánto en fomentar una cultura que ayude al negocio?

¿Crear o mejorar la cultura es responsabilidad del departamento de “personas” exclusivamente?

Ahora que algunos volvemos a la oficina, en muchas ocasiones hacemos lo mismo que hacíamos cuando teletrabajábamos: “pegado al ordenador” (tareas, e-mails, reunión por teams…), ¿Crees que sería positivo dar un sentido a la “estancia” en algo más allá de la ejecución de una “tarea”? es decir, ¿qué me aporta ir a la oficina vs teletrabajar?

Es momento de reconectar, de aprovechar este experimento social que hemos vivido para capitalizarlo en nuevas fórmulas de trabajo y de relación en la empresa (y no digo trabajar en “agile”), generando una red de conversaciones enriquecedoras, por supuesto no haciendo una «fiesta» constante. Es necesario ser empáticos con situaciones difíciles que hayan podido afectar en este tiempo atrás a compañeros, colaboradores.  Tal vez no es necesario un “encuentro” diario con todas las personas constantemente, pero al menos ser conscientes de la importancia de reconectar y potenciar el espíritu de pertenencia. Un buen comienzo puede ser por ejemplo reunir al equipo a final de año diferente, para vivir alguna experiencia juntos e incluso que la decisión del qué y cómo sea tomada por el equipo, sin control ni supervisión por parte del mando.

Una empresa es una red de conversaciones (R. Echevarría), en este sentido:  ¿Qué tipo de conversaciones fomentamos? ¿sólo las programadas o también las espontáneas?

Y volver a la oficina nos permite aunar las posibilidades que nos ofrece todo lo digital con el potencial de tener a las personas cerca.   

Caso real: estando reunido con el dueño de la empresa, me sorprendo cuando mi “jefe” se molesta porque a través del cristal observa a un par de grupos hablando y riendo informalmente. La queja se centra en la “pérdida de tiempo”, buscando mi aprobación (que, por cierto, no encontró). Hay que desmitificar la creencia de que conversar no es trabajar para avanzar en nuevos estilos de relación y liderazgo.

La cultura del encuentro es necesaria para reconectar con nuestra esencia de seres sociales, para construir confianza.

Todas las personas en una organización somos 100% responsables de la cultura. Los líderes que dirigen tienen además capacidad de ser «xponenciales» de esa cultura.

Algunas empresas lo tienen claro. Recientemente he tenido el placer de moderar una reunión con los primeros 120 directivos a nivel internacional de una multinacional. Uno de los ejes centrales del encuentro y de los mensajes que co-creamos para la ponencia ha sido la reconexión del equipo directivo, la necesidad de ser embajadores de esa reconexión en el resto de la organización, estableciendo nuevas miradas.

Todos somos protagonistas y responsables de crear una cultura que nos permita trabajar en un ambiente de confianza.